Los domingos son, primero, para no madrugar. Sobre todo si ha cumplido con el esperado sábado sabadete y/o se ha trasnochado, pero sobre todo, el domingo se hizo para disfrutar, cada uno como más le apetezca. Trayendo churros a casa, yendo con la familia o con los amigos a pasear por el monte o a montar en bicicleta, ir a misa los creyentes, etc.

Los domingos, son para descansar siempre que se pueda. La palabra viene de Dominum, y significa el día del señor. Hasta el hacedor de toda la creación se tomó el domingo como día de asueto después de la dura tarea.

Los domingos son para no hacer, si se puede, ni la comida, pero no todos los domingos se puede ir a comer al restaurante.

Para esos domingos, recomiendo salir de cañas con los seres queridos y luego ir al Pollo Dorado a por un pollo asado con patatas fritas. Luego se podría disfrutar de una maravillosa sobremesa en el sofá de casa e incluso los muy, muy afortunados disfrutar de una siesta de esas de pijama y orinal.

Si esperamos visita no hace falta ni que hagamos los aperitivos, en el Pollo Dorado tienen toda clase de ellos, desde deliciosas empanadillas o croquetas -especialidades de la casa- hasta pimientos, pisto, ensaladilla, pulpo, gazpacho y un largo etcétera. El caso es poder disfrutar de ese tiempo para poder estar charlando con los demás tranquila y animadamente, disfrutando de una buena comida.

Por cierto, no se olvide de llamar al 91 852 21 37 que si no podría quedarse sin su pollo.

Para terminar, una buena noticia: !Mañana es domingo¡¡