Es muy difícil encontrar soluciones satisfactorias a algunos dilemas, pero no por ello hay que dejar de perseverar en el intento. Simplemente porque uno se siente mejor cuando es consecuente con sus valores y congruente con sus propios instintos y emociones.
Reconozco de antemano que no soy un experto en el tema y no pretendo con este artículo instruir a nadie, sino simplemente exponer la mejor solución que he encontrado, hasta ahora, al dilema entre comer carne y no maltratar a los animales.
Que hay que reducir el consumo de carne está fuera de toda duda, por la sencilla razón de que el planeta no dispone de los recursos suficientes para mantener esa dieta. Para producir un kilo de carne de vaca hacen falta 15.000 litros de agua, multiplicando por mil los que se necesitan para producir algunos vegetales y esto sin hablar de la ingente cantidad de CO2 que estos animales emiten a la atmósfera.
Pero, por ello ¿hay que renunciar total y completamente a comer carne haciéndose vegano? ¿no hay alguna solución intermedia que permita dar un equilibrio a nuestra dieta respetando a la naturaleza y a los animales?
La mejor solución que yo he encontrado ha sido en la Granja ecológica Castilla Verde en el Río Pradillo, cerca de la Colonia de Camorritos, en Cerdedilla.
Ahí no destetan al ternero a la semana de haber nacido –como se suele hacer habitualmente con las vacas lecheras-, sino que le mantienen “a media leche”, hasta que tiene seis meses. A media leche quiere decir que ordeñan a su madre por la mañana y por la tarde le dejan al ternero que mame, mejorando con ello el sistema inmunológico de la cría y reduciendo la mastitis de la madre.
Las reses salen dos veces al día a pastar libremente por el monte y, cuando las ordeñan, les ponen música clásica.
Las gallinas están la mayor parte del día sueltas libremente por la granja.
Los animales disfrutan de una buena vida y, llegado el momento, son sacrificados para alimento de los seres humanos.
Tal vez la respuesta al dilema esté próxima a la solución que aportan en esta granja.
De todas forma, le recomiendo que no deje que se lo cuenten. La granja Castilla Verde va un poco más allá de lo ecológico para adentrarse en lo “Bio-dinámico”. Está en un lugar especial, bucólico, paradisiaco y tiene una gente también especial.
Le aseguro que su yogurt será de los mejores que haya probado en toda su vida, aunque haya estado en la mismísima Grecia.
Sus panes han sido servidos en los mejores restaurantes de Madrid, como el Montia de El Escorial, premio revelación en Madrid Fusión 2014 y obtención de la primera estrella Michelín en 2015.
Conocer la Granja Ecológica Bio-dinámica Castila Verde en el río Pradillo de Cercedilla es una experiencia única, por favor, no se la pierda.
Es muy difícil encontrar soluciones satisfactorias a algunos dilemas, pero no por ello hay que dejar de perseverar en el intento. Simplemente porque uno se siente mejor cuando es consecuente con sus valores y congruente con sus propios instintos y emociones.
Reconozco de antemano que no soy un experto en el tema y no pretendo con este artículo instruir a nadie, sino simplemente exponer la mejor solución que he encontrado, hasta ahora, al dilema entre comer carne y no maltratar a los animales.
Que hay que reducir el consumo de carne está fuera de toda duda, por la sencilla razón de que el planeta no dispone de los recursos suficientes para mantener esa dieta. Para producir un kilo de carne de vaca hacen falta 15.000 litros de agua, multiplicando por mil los que se necesitan para producir algunos vegetales y esto sin hablar de la ingente cantidad de CO2 que estos animales emiten a la atmósfera.
Pero, por ello ¿hay que renunciar total y completamente a comer carne haciéndose vegano? ¿no hay alguna solución intermedia que permita dar un equilibrio a nuestra dieta respetando a la naturaleza y a los animales?
La mejor solución que yo he encontrado ha sido en la Granja ecológica Castilla Verde en el Río Pradillo, cerca de la Colonia de Camorritos, en Cerdedilla.
Ahí no destetan al ternero a la semana de haber nacido –como se suele hacer habitualmente con las vacas lecheras-, sino que le mantienen “a media leche”, hasta que tiene seis meses. A media leche quiere decir que ordeñan a su madre por la mañana y por la tarde le dejan al ternero que mame, mejorando con ello el sistema inmunológico de la cría y reduciendo la mastitis de la madre.
Las reses salen dos veces al día a pastar libremente por el monte y, cuando las ordeñan, les ponen música clásica.
Las gallinas están la mayor parte del día sueltas libremente por la granja.
Los animales disfrutan de una buena vida y, llegado el momento, son sacrificados para alimento de los seres humanos.
Tal vez la respuesta al dilema esté próxima a la solución que aportan en esta granja.
De todas forma, le recomiendo que no deje que se lo cuenten. La granja Castilla Verde va un poco más allá de lo ecológico para adentrarse en lo “Bio-dinámico”. Está en un lugar especial, bucólico, paradisiaco y tiene una gente también especial.
Le aseguro que su yogurt será de los mejores que haya probado en toda su vida, aunque haya estado en la mismísima Grecia.
Sus panes han sido servidos en los mejores restaurantes de Madrid, como el Montia de El Escorial, premio revelación en Madrid Fusión 2014 y obtención de la primera estrella Michelín en 2015.
Conocer la Granja Ecológica Bio-dinámica Castila Verde en el río Pradillo de Cercedilla es una experiencia única, por favor, no se la pierda.
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