Queremos dar las gracias aquí, públicamente, al gran cronista de Cercedilla Tomás Montalvo.

¡Gracias Tomás! Gracias por ser tan generoso.

Gracias por haber recopilado la historia de Cercedilla y haberla compartido con nosotros.

Gracias por haber respondido a nuestra llamada siempre que te lo hemos pedido.

Gracias por haber compartido tus vastos conocimientos con nosotros sin haber pedido nunca nada a cambio.

No es extraño que haya un sabio en el pueblo que tenga interés y se haya molestado en conocer su historia.

En Los Molinos está Paco, recopilador de su historia y creador de la Ruta de la Piedra. Quien también amablemente ha compartido su sabiduría con nosotros.

En Guadarrama está el tío de la concejala Noelia Pozas, que llevó a los estudiosos al monte para indicarles dónde se encontraba todo el patrimonio del frente de la guerra civil.

Sin embargo, es ya más difícil encontrar a algún sabio local que quiera difundir su saber entre el gran público, delante de grandes grupos de gente interesados en escucharle. Y, más difícil aún, que el propio sabio local sea historia viva de los grandes acontecimientos de su localidad y riegue sus comentarios de jugosas e interesantes anécdotas que sólo se pueden vivir desde la proximidad de los acontecimientos.

Normalmente el erudito que bucea en documentos y bibliotecas no es un sobresaliente y ameno narrador y, menos frecuente aún, es que tenga una intensa vida social que le permita conocer, de primera mano, a las personas con las que habla y, mucho menos, que lo haga con la profundidad psicológica con lo que lo hace Tomás -licenciado en Psicología-.

Todas estas virtudes se aúnan en la persona de Tomás Montalvo haciendo de él un excepcional cronista para nuestro pueblo.

Sirva este artículo de homenaje.

¡Muchas gracias Tomás por todo lo que has hecho por tu pueblo!